jueves, 13 de noviembre de 2008

LA HIJA DEL SOL

LA HIJA DEL SOL


Esta es la historia de una de las hijas del sol; que como muchos de sus hermanos, eligió ser enviada al planeta tierra, porque se acercaban los tiempos decisivos para este hermoso mundo y por lo tanto necesitaba mucha luz.
Como todos, apenas atravesó la atmósfera terrestre olvidó su linaje y su misión; precisamente por que su tarea de recordarlo, era parte de esa luz que brindaría.
Nació en una ciudad cerca del océano atlántico, en un hogar común, que le brindaría las circunstancias propicias para su autoreconocimiento.
La única persona que pudo presentir su origen era su Madre; pues desde su gestación sintió que era diferente. Ella la observaba, aún siendo pequeña, tenía cualidades que la asombraban, decía siempre la verdad y era muy valiente desde temprana edad.
Era una hermosa niña con ojos chispeantes y cabellos del color de su estrella.
Amaba el mar, podía sentarse horas a contemplarlo, quizás porque su murmullo le hablaba de aquel continente desaparecido, bajo sus aguas, que alguna vez fuera habitado por antiguos hermanos.
Amaba el sol, el único capaz de curar las heridas de su piel, que reflejaba sus temores y sus angustias; era su fuente de energía.
Por la fuerza de su interior, tuvo una adolescencia explosiva, no reconocía autoridad alguna; por que seres así solo pueden obedecer a su alma, pero todavía faltaban procesos para que llegara ese momento.
Sus padres terrestres que no sabían como educar a un ser con tanta energía, decidieron cruzar el gran río, e instalarse en la ciudad ,que decían tenía buenos aires. A la tierra que posee una de los puntos neurálgicos del planeta; porque nada, escapa a los planes divinos.
En su nueva tierra la Hija del Sol encontró estabilidad en el afuera, pero los conflictos comenzaron a ser mas serios dentro de su propio hogar; simplemente era un paso más para que ella viera las cosas que no le pertenecían. Como el cuento del patito feo que necesita el rechazo para conocer que era un cisne, y tuviera conciencia de serlo.
La Hija del Sol se enamoró de un noble hombre, con firmes valores, sencillo y cálido, que la hizo creer en el amor y en formar un hogar propio.
Su Madre al ver a su hija contenida, tomó una decisión postergada muchas veces y retornó, sola, a su tierra natal.
Ella quedó con el corazón dividido por el gran río, pero no podía impedir que su madre buscara algo de paz.
La Vida, iba formando un gran torbellino a su alrededor, el tiempo pasaba y la Hija del Sol debía reconocer su verdadero linaje; no podía dejar que se perdiera en Maya.
En uno de sus viajes habituales para visitar a su Madre, le fue entregado un libro. Un libro que hablaba de un planeta superior y sus formas de vida. Algunas de sus células solares entendieron el mensaje del libro, pero no era suficiente; Maya la estaba absorbiendo.
Y como esas cosas que uno jamás elegiría con su mente, sino sólo con su alma; su Madre partió de este mundo, de una manera dolorosa para su hija. Y el gran torbellino se convirtió en huracán que no dejó nada en pié. Arrasó con todas sus ilusiones y venció a Maya.
Pasó un tiempo antes de que se dispusiera a revisar que había quedado; pocas cosas sobrevivieron, el amor por su hijo y la incondicional compañía y contención de su noble hombre; pero un pequeño centro había sido despertado, un sol había nacido en su plexo, pequeño aún, pero con un perfume que no podía ser olvidado.
Guardó los recuerdos de su Madre y junto con ellos el libro que le fuera entregado, como un mapa que, todavía, debía ser descifrado. Pero el dolor por la pérdida persistía, su alma lo guardaba como recordatorio que le permitía no caer en nuevas ilusiones y en ese desierto se llenó de hastío.
Al poco tiempo conoció a una hermana solar, que también estaba en su propio proceso de reconocimiento, se identificaron enseguida y se hicieron buenas amigas. Compartieron situaciones humanas, pero cuando se encontraban solas a conversar, sus soles se comunicaban. Fueron una para la otra bondadosos espejos.
Su amiga, que podía ver su hastío, le habló de su Maestro y ella le mostró su libro. Una vez más la sincronicidad de la vida les confirmó su conexión.
La Hija del Sol no siguió al Maestro, porque aunque las unía un mismo destino de reconocerse, cada ser elige su propio camino; porque lo que cada uno ES, es para si mismo el camino, la verdad y la vida, como enseñó el Gran Maestro.
Nuevas vidas llegaron a sus manos, que la llenaron de nuevas obligaciones, nuevas distracciones; pero el hastío permanecía y ahora además había desorden.
Una antigua filosofía, recordada en estos tiempos, llegó a ella; y la sed de conocimiento fue despertada. Venció al hastío y reforzó el sol de su plexo, los destellos de este sol se encargaron de borrar las sombras que se habían instalado a su alrededor. Y en un segundo, de esos que no se pueden medir en el tiempo, recordó su misión. Recordó que debía entregar luz.
Y como cada pequeño gran paso, que damos en el camino de evolución, es reconocido por el universo entero; Su Padre Sol la besó, despertando sus otros centros que comenzaron de a poco a alinearse, trayendo orden a su vida y verdadero calor de hogar a su familia.
Las amigas celebraron.
Todavía quedan cosas por recordar, cosas por aprender y procesos que atravesar; pero sé que cuando los tiempos lleguen y los humanos decidan el futuro de la Nueva tierra, y la naturaleza sea escuchada y viva en armonía con los hombres, Ellas y sus muchos hermanos solares estarán listos; brillarán en su plenitud como verdaderos faros, concientes de sí mismos, cumpliendo su misión.

Ese es mi deseo, Así sea.

3 comentarios:

Mariano dijo...

hola! llegue a tu blog por el gusto similar... "mas alla de los sueños" es uno de ellos..
A donde partis cuando dejes Bs As? yo a la sierra en Cordoba seguramente...

Sos bienvenida en mi blog! besos!

Playa Girón dijo...

y cuando escribís algo más??? besos juli

Playa Girón dijo...

y cuando escribís algo más!!? Un besooo , Juli.